martes, 25 de noviembre de 2014

Capitulo 4

Estar en cama todo el día me habría gustado, pero en otras circunstancias no como ahora, con la fiebre por los cielos y un resfriado de mil demonios. Ailen me había visitado en sus tiempos libres, pero de ahí en más estuve en la fría y oscura soledad de nuestra habitación.
Después de que Ailen se fuera a ir para su siguiente clase pase un rato de mi abundante tiempo  mandándole un mensaje a mi madre sobre  que todo iba bien por aquí en mi nuevo “colegio, tutelar” me puse a pensar sobre que estaría haciendo en este momento, pues ella es la única persona importante para mi que deje en mi antiguo “hogar” si es que se le puede llamar así a un lugar en el que solo me llevaba problemas, en fin, después de un rato pensando me dispuse y fui a dormir.
Niebla oscura por todas partes, en el techo, el piso, las paredes, el lugar se veía borroso, lo que en realidad alcanzaba a ver era que el lugar era una especie de cabaña hecha de madera, con lechos floreciendo de entre las tablas, aquel lugar se veía siniestro con toda la niebla que lo cubría. La niebla se transformo en seis oscuras columnas que me rodeaban, se aproximaban hacia mí, hacían que me asfixiara mientras mas se acercaban y sentí una oleada fría.
-¿estas bien?, me habías asustado, no despertabas y murmurabas cosas muy locas creí que alucinabas, y…- dijo en tono apenado, sosteniendo el baso bacía, cuya agua ahora yacía  en mi cara.
-esta bien, pero… ¿Qué hora es?-dije aun intentando incorporarme.
-son como las nueve y algo- dijo algo insegura.
-¿Cómo te sientes ahora?- me dice preocupada.
-bien, creo- le conteste con un bostezo.
-¿mañana asistirás a clases?-me pregunta mientras se quita los pasadores del cabello.
-si- le contesto sentándome al borde de la cama, balanceando mis pies.
-que descanses- dice recostándose en su cama.
A la mañana siguiente me levante hecha un desastre, mi cabello estaba enmarañado a mas no poder, tenia ojeras y la nariz irritada.
-oye Lía no viste mi… wow- dijo al verme cuando entro en el baño.
-estoy horrible, ¿cierto?- le digo.
-nada que no se pueda arreglar- entonces sale disparada por el puerta del baño. Cuando regresa viene cargada con todo tipo de cosas que nunca en mi vida había usado.
-wow…. Que piensas hacer.
-rizarte el cabello, blablablabla, maquillaje, balblablabla y mas blablablabla- fue lo único que mi cerebro capto. Me sentó en una silla, empezó con todo su alboroto y mi cara se mantuvo en una mueca.
-OKAY- fue lo único que dije cuando me mire en el espejo, sin duda no era mi estilo pero prefería eso a lo que era antes y justo cuando le quise decir algo.
-no, no me agradezcas- dice cortándome lo cual hizo que sonriera a ver que se le ha pegado mi manera de cortar a la gente.
Mi primera clase era biología, la única clase que no compartía con Ailen. Al entrar me encontré a Mayra sentada en su mesa junto con una de sus “secuaces” y fui a la mesa que estuviera lo más lejos posible. Al iniciar la clase vi a Eliam pasar por la puerta, por un segundo nuestros ojos se encontraron pero yo desvié la mirada al instante, al entrar se situó a mi lado, yo mantuve la mirada en mi cuaderno, de vez en cuando fingía estar tomando nota de algo a lo que ni siquiera estoy prestando intención, aunque sinceramente como podía yo concentrarme en su presencia.
-ayer ni asististe- dijo en un susurro cerca de mi oreja con esa voz profunda que tenia que admitir era sexy.
-enferma- dije con indiferencia, aparentando prestar atención y en todo momento mantuve la mirada baja pues no quería que viera lo ridículamente arreglada que estaba.
-pues te vez demasiado bien para creer que ayer enfermaste- dijo haciendo rebotar uno de los tantos rizos que Ailen había hecho con mi cabello “espera, ¿pero que era lo que estaba insinuando?” pero ya no tuve tiempo de poner objeción pues la campana lo había salvado y yo tenia que encontrarme con Ailen en la cafetería.
Por mas que la busque no la halle en la cafetería, así que salí a buscarla en el jardín, pero en cambio me encontré con Mayra y su séquito.
-no es justo, por que ella si puede faltar a clases y nosotras no- dijo Marie en su tono chillón que tanto me irritaba.
-calla tonta que no vez que tubo que haber estado muy “ocupada”- no necesitaba mas que su tono para saber que hablaba en doble sentido pero decidí seguir avanzando.
-espera no te vallas, tengo una pregunta para ti-me pare en seco.
-que, quieres- dije forzada-mente mientras trataba de conservar la calma.
-¿Cuánto cobras?- no hubo tiempo de que nadie riera pues en un segundo ya la tenia en el suelo, jale su teñido cabello, pero me araño el brazo cuando Ailen intento separarnos lo cual no logro, “oh esto te dolerá perra” y lance mi puño en su cara pero Adrian llego en ayuda de Ailen y nos separo.
-¿Qué?- le espete a Adrian que me acompañaba a enfermería , el cual se me quedo viendo en todo momento.
-bien hecho- por fin me había hablado.
-solo te pediré un favor, recuérdame no hacerte enojar- dijo con una hermosa y autentica sonrisa en su cara.
-trato hecho- le respondí con la sonrisa que el había logrado con su comentario tan simpático y espontaneo. Después de haber ido a enfermería me acompaño hacia mi habitación, creo que se empezaba a volver habito, lo cual no me molestaba en lo mas mínimo pues el era súper lindo, simpático  y súper increíble, enserio me encantaba pasar tiempo con el pues era como ese tipo de amigo con el que podías compartir tus ideas.
-me tengo que ir, ten cuidado- deposito un beso en mi mejilla y se fue.

Me quede sonriendo como una boba recargada en la puerta, dentro de la habitación, espera un segundo escuche mal o el me dijo “ten cuidado” pero con quien, tal vez con Mayra y su sequito?, no, no lo creo el tenia mas que claro que yo podía cuidarme de ellas sin ayuda “¿Qué habrá querido decir?” la pregunta me atormento toda la noche, no entendía por que, pero se repetía una y otra vez en mi cabeza y lo malo era que me estaba preocupando por cualquier tontería ,por que tenia que ser una tontería ¿cierto?.

martes, 11 de noviembre de 2014

Capitulo 3

A la mañana siguiente me levante con el despertador que marcaba las 6:00am, me apresure a alistarme para ir a clases , ya lista para salir escuche cuando  tocaron la puerta a lo cual supuse era Ailen que aun no había regresado de correr, pero al abrir la puerta descubrí a Mayra la prefecta.
-Lían- me llamo.
-Lía- le corregí con un tono reservado.
-lo que sea- me respondió entre dientes.
-¿perdón?- le espete.
-que la señorita Caparella desea verte, sígueme- se dio la vuelta haciendo que su pelo rizado y teñido me diera en la cara, sin otro remedio la seguí apretando los puños para no perder los estribos, de camino a dicha oficina intente tranquilizar mi enojo, pero una parte de mi quería canalizarlo, pero en su cara. “no vale la pena” me repetí  durante el resto del camino, al llegar la puerta estaba abierta y desde afuera se podía ver lo resplandeciente que la oficina era, la que parecía la directora estaba sentada a el otro lado de el escritorio organizando unos papeles.
-oh, Lía, pasa querida- dijo amablemente, al entrar la puerta se serró detrás de mi.
-perdón por no haberme presentado antes, como ves he estado muy ocupada y no me ha dado tiempo, soy Dyan Caparella, tu nueva directora- se presentó tendiéndome su mano la cual estreche con la mía.
-¿Cómo te ha ido?- pregunto cordialmente.
-aun sigo incorporándome, ¿para que me necesita?- fui directo al grano.
- lo que pasa querida, es que tu madre esta preocupada por ti y me dijo que le gustaría que la llamaras para informarle como has estado – asentí  y eché un vistazo por el librero que ocupaba gran parte de la oficina, a las cortinas doradas que se colocaban perfectamente en las ventanas que  hacían entrar proporcionalmente luz en la habitación, y ya para poder retirarme me despedí y salí hacia la segunda clase (que era  biología) pues me había perdido la primera por estar con la directora.
-¿por que no entraste a la primera clase?- me pregunto Ailen, con su muy propio tono interrogativo.
-la directora  me mando llamar- le respondí acordándome de lo perra que había sido Mayra
-por cierto esa tal Mayra es una completa idiota-  le dije a Ailen para después contarle lo que había pasado cuando fue a nuestro cuarto a buscarme para llevarme a la oficina de la directora y ella rio diciendo “la hubieras golpeado, se lo tenia mas que merecido” aun riendo me de su comentario le había dicho “créeme que ganas no me faltaban”.
Estábamos en la biblioteca con Lis y Sara haciendo lo que debían ser nuestros deberes  mientras escuchábamos la historia de cuando Lis y Ailen se habían conocido en una competencia en la que habían empatado en el primer lugar.
cinco minutos antes de el toque de queda ya estábamos en el cuarto preparadas para dormir, en menos de tres minutos mi compañera ya se había dormido todo lo contrario que yo, que seguía dando vueltas en la cama, después de media hora sin poder dormir decidí dar un  paseo me apresure a cambiarme y agarre lo primero que encontré en el armario que consistía en un short  y una blusa de tirantes color negro, cuando me dispuse a abrir la puerta recordé que ya había pasado el toque de queda  así que decidí salir por la ventana .
Ya fuera me encamine hacia el bosque, mientras mas avanzaba mas espesos se hacían los arboles, llevaba quince  minutos caminando entre los arboles cuando visualice a lo lejos un lago, corrí hacia el y cuando estaba a punto de meterme a nadar escuche un ruido, al girar hacia el ruido lance un grito ahogado.
-me asustaste- le reclame a el chico que se encontraba recargado en  un árbol, acercándome para ver quien era, al acercarme vi su cabello negro (sin duda era Eliam, pero, ¿Qué hacia aquí?), sus intensos ojos,  que sonreía al ver mi cara de susto, lo fulmine con la mirada lo que solo le hizo reír por lo bajo, así que desvié la mirada indignada.
-no te lo tomes a mal- dijo  mientras buscaba mi mirada, así que me di la vuelta aun enojada y cuando me  dispuse a caminar hacia el lago sentí como me tomaban por el brazo, Eliam tomo mi brazo de tal manera que hizo que quedáramos frente a frente  -lo siento en verdad- dijo, al encontrarme con sus ojos me di cuenta de  que era sincero, sus ojos eran oscuramente salvajes y su tacto quemaba en la piel de mi  brazo, su cara a centímetros de la mía, podía oler su fresco aroma.
-¿te gusta nadar?- preguntó mientras zafaba mi brazo he iba hacia el lago, sacudí mi cabeza.
-mm…mm… si- respondí  y una gran idea cruzo mi mente. Corrí hacia el lago “ay” exclame desde el suelo a la orilla de el lago.
-¿te encuentras bien?- cuando se acercó lo suficiente tire de el hacia el lago.
-tenia que cobrármelas- me reí por lo bajo, le tendí una mano para ayudarle a salir, el la tomo y tiro de ella haciendo que callera, aprovechando que estaba cayendo me agarre a sus hombros para hundirlo en el agua, al ver que no salía me acerque,  algo me jalo, nade a la superficie y le moje la cara.
-una carrera de vuelta- se fue nadando mientras yo lo seguía por detrás, cando por fin logre llegar a la orilla el ya estaba sentado afuera, me ayudo a subir sujetándome por la cintura lo cual me tomo por sorpresa he hizo que diera un respingo y que mi cuerpo se estremeciera levemente.
-¿Cómo se supone que entraras? – me pregunto.
- justamente como salí- le respondí en un tono un poco soberbio y tenia que admitirlo un poco atrevido.
- me gustaría ver eso- dijo con una pizca de incredulidad que adornaba su cara y me acompaño durante todo el camino de regreso hacia los dormitorios de las chicas. Ya a pocos centímetros de el cuarto que compartía con la que se había convertido en mi mejor amiga en este lugar me dispuse a  trepar asta la ventana de mi habitación mientras sentía  la mirada de Eliam en mis espaldas observando todos y cada uno de mis movimientos, (casi apostaría a que pensaba que me caería), ya dentro me despedí, serré la ventana, lo vi alejarse, me puse el pijama y mientras me subía a la parte de arriba de la litera la cual era mi cama, sentí que alguien me observaba.
-¿Dónde estabas?- me sorprendió Ailen haciéndome dar un respingo que casi hace que  me caiga.
-fui a dar un paseo, sinceramente necesitaba un poco de aire fresco y decidí salir por un rato- le respondí tranquilamente
-¿Por qué traes el cabello tan mojado?- me cuestiono como si estuviéramos en algún tipo de interrogatorio de la policía o algo por el estilo.
- me caí en el lago- le respondí y pronto a mi mente llegaron recuerdos de lo bien que me lo había pasado con Eliam y eso ultimo hizo que me ruborizara levemente.
-¿estabas sola? ¿Por qué no me llamaste? ¿Tan lejos fuiste? ¿Qué, no es muy peligroso?- me ataco con sus preguntas a las cuales no me daba tiempo de responder pues decía una tras otra como si no hubiera un mañana y estaba empezando a marearme con todo su bombardeo de preguntas.

- duerme, estoy cansada, te prometo que mañana te responderé todo- le corte en tono de respuesta para que parara con su bombardeada de preguntas, con un bostezo me recosté suavemente en la almohada, me cubrí con la primera manta que estuvo a mi alcance  y me quede profundamente dormida a causa de el agotamiento.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Capitulo 2

Al abrir los ojos me mentalice a salir de la cama, ya abajo de la litera sorprendí a Ailen que ya estaba lista.
-vamos a el comedor- me había dicho así que asentí y me cambie la ropa lo mas rápido posible, ella ya había ido a correr, se había bañado y cambiado, según lo que me contaba de camino a el comedor.
Ya estando ahi me guió asía una mesa que constaba de un chico y dos chicas  los cuales se presentaron muy amablemente
 -yo soy Ellisa pero puedes llamarme Lis- dijo una rubia bajita de sonrisa encantadora
-yo soy Sara- dijo una morena alta

Ryan- dijo el chico rubio, alto de tez bronceada y sonrisa encantadora.
 Al acabar el desayuno descubrí que Lis era muy activa al igual que Ailen, Sara era mas reservada, pero Ryan era súper simpático y gracioso, pero a juzgar por lo que vi el y Ailen se traían algo.
-te gusta, cierto- le dije en un susurro pues estábamos en clase de historia con el señor Doyle, el cual era muy estricto con todos.
-mmm..- dijo fingiendo que no me había escuchado, pero a juzgar por su cara que parecía tomate de tan roja que estaba
-lo que has escuchado- le rete.
-okay, me has atrapado- se rindió.
-¿algo que quieran compartir con la clase?- había dicho Doyle, desde el frente, sentí las miradas de todos
-nada- se apresuro a decir Ailen. 
-señorita Dankworth, se que es nueva en la institución por lo mismo me gustaría informarle que en mi clase no se tolera la mas mínima falta, por esta vez lo pasare por alto pero a la siguiente estará fuera de lo que respecta mi clase, ¿quedo claro?- dijo en tono  firme y autoritario  y lo único que hice fue asentir y hundirme en mi asiento.
Después de la cena nos habíamos encontrado con Lis en la biblioteca.
-¿habéis echo enojar a Doyle?- dijo Lis incrédula justo después de que  Ailen le contara todo.
-si- le dije en tono cortante pues no tenia ganas de hablar de el tema, detrás de Lis a lo lejos se encontraba un chico de ojos oscuramente intensos el cual miraba hacia nosotros como intentando descifrar algo, cuando me sorprendió mirando en su dirección, se paro de el asiento, dejo el libro que traía en las manos y salió como alma que llevaba el diablo.
-¿quien era ese?- les pregunte
- oh, Eliam, ni idea, quiero decir, se quien es pero el caso es que no socializa con muchas personas y no se casi nada- dijo Lis
-pues yo si- dijo Ailen
-¿Qué?-le cuestiono Lis
- a juzgar por su expresión y comportamiento o es un espía o un asesino  en serie- se rieron, pero yo seguía con aquella curiosidad.
De camino a el cuarto me fui sola pues Lis y Ailen tenían cosas que hacer y no me importaba ir sola lo que me importaba es no tener ni idea de donde me encontraba pues la escuela era tan grande que desgraciadamente me había perdido.
-Lia?- dijo un chico alto de pelo castaño y ojos verdes, que nunca había visto en mi vida, al parecer vio mi cara extrañada y se apresuro a decir
-soy Adrian, ¿necesitas ayuda pareces despistada?- me pregunto, me vi tentada a decir que no pero estaba tan perdida y cansada que accedí a contarle que me había perdido y  el accedió a guiarme hacia mi dormitorio, ya encaminándonos.


-¿de donde eres?- me había preguntado con un tono curioso
- de Londres -le respondí con un tono cantarín impropio de mi, ¿pero que me pasa?, pero gracias a dios ya estábamos a unos cuantos pasos de llegar.
-gracias- le dije afuera de la puerta a lo cual respondió con un
-fue todo un placer-y se alejo.
Ya dentro del dormitorio  me di una ducha y luego me metí a la cama. 
En el instante en que mi cara toco la almohada quede sumida en un sueño profundo.