Eliam cree que yo escondo algo, no entiendo que le hace
pensar eso. Es decir yo no tengo secretos, y si fuera así en que le beneficiaria
el saber lo que escondo.
Lo único que quiere es jugar con mi mente y no se lo voy a
permitir sin embargo hay algo en sus palabras, (“nada que no puedas saber”),
que me da mucha intriga.
-descubriré lo que escondes Eliam Wright- dije en un susurro
inaudible.
O por lo menos…
-segura que no saldrás- dijo Ailen sacándome de mis
pensamientos
-si, Ailen, estoy segura- le dije nuevamente un poco
enfadada de tener que repetírselo cada 5 minutos.
-bien, que ya te dejo tranquila- dijo desde dentro del baño.
-gracias a dios.
-no aguantas nada.
Salió del baño con un lindo vestido negro de lentejuelas que
llegaba a mitad de muslo llevaba el cabello recogido en un moño y unos zapatos
altos pero no demasiado, traía maquillaje
de noche.
-¿a donde iras?- le pregunte moviendo las cejas
sugestivamente.
-a una cita- dijo con vacilación.
-espera.
Serré los ojos puse los dos dedos de mi mano derecha en mi
cien haciendo parecer que me concentraba profundamente cual adivina de feria.
-adivino que iras con un chico alto, rubio cuyo nombre es
Ryan- al decir esto ultimo abrí mis ojos y sonreí anchamente.
Al abrir los ojos e encontré con una muy sonrojada Ailen y
mi sonrisa se volvió aun mas amplia.
-no te quedes ahí, anda.
Ella se tomo un
momento para procesar mis palabras, luego acantio y se aproximo a la
puerta.
-un momento- dije y ella se freno y giro hacia mi.
-dile a Ryan que si llega a hacerte daño yo misma me
encargare de dejarlo sin deciendencia- con esto ultimo siguió su rumbo y se
fue.
Me quede sentada en el sillón reflexionando sobre Eliam una
y otra vez hasta que el toquido de la puerta me interrumpió, me levante y fui a
ver quien era.
Al abrirla me encontré con un muy sonriente Adrian.
-debo suponer que no saldrás.
-pues supones bien.
-entonces no creo que haya inconveniente en que me acompañes
a dar un paseo.
-no lo se…
-considéralo como un agradecimiento por haberte guiado
cuando estabas perdida.
Me reí ante sus palabras.
-esta bien- dije al fin.
Me tendió la mano y yo se la acepté.
Me guio por un senderó que nunca había visto, la verdad era
que desde este se veía mucho mejor el paisaje era algo muy impresionante.
-que hermoso es el paisaje- pensé en voz alta.
-lo se- dijo en mi mismo tono.
Atrapo mi mirada y yo se la sostuve, tenía lindos ojos, no
tan intensos como los de Eliam, “¿que tiene que ver Eliam en esto?” me regañe a
mi misma. No me había percatado de lo cerca que estábamos yo y Adrian. Me volvía
loca pensando en una manera de intentar apartar un poco a Adrian, pero mi mente
se quedo en blanco y el seguía aproximándose. Estaba a milímetros de mi se
separo abruptamente.
-lo siento… tengo que irme- dijo y desapareció.
Me quede un poco anonadada y aliviada a la vez. Escucho a alguien aplaudir detrás de mi, me
giro rápidamente y me encuentro a un Eliam sonriendo irónicamente y aplaudiendo
lento.
-un buen show- dijo irónicamente.
-¿hace cuanto estas aquí?
-El suficiente-dijo ya mas serio.
-y debó admitir que creí que eras mas lista que esto.
-a que te refieres con “esto”.
-creo que sabes muy bien a lo que me refiero-dijo y si en definitiva
se referia a Adrian.
-si lo dices por Adrian, no es …
-eso ya no es de mi incumbencia- me interrumpió.
Ya me empezaba a exasperar todo esto.
-entonces por que vienes a recriminar algo que no es de tu
incumbencia- contraataqué.
-yo no te he recriminado nada- dijo igual de exasperado.
-entonces, explícame esto- dije haciendo girar mi dedo índice
dos veces.
-en verdad quieres que te explique lo que tu y Adrian hacían-
dijo y luego rio sin humor
-no necesito que me expliques nada por que no paso nada-
dije rápidamente.
-aja, síguelo diciendo y tal vez un dio llegues a creértelo.
Me acerqué a el y lo señale con el dedo índice en su pecho.
-estoy harta de todo esto y de ti- dije enojada.
Volvió a reír sin humor.
-a eso me refiero, a tu risa irónica, a la manera en la que
quieres meterte en mi mente y me quieres volver loca.
-¿yo? En lo que a mi concierne, tu eres la que se mete en la
mente de la gente para apoderarte de ella, deseas controlarnos a todos y a
todo.
-eso no es cierto.
-que “no es cierto” no me digas que tenias algo en el ojo y pedíste
ayuda a Adrian – dijo frunciendo el seño.
-¡que yo no he hecho nada!
Me rendí. Lo rodeé y me dispuse a salir de ahí con paso
decidido.
Sentí como me tomo por los brazos estábamos frente a frente,
me miraba intensamente y de un momento para otro nuestros labios estaban
unidos, fue un beso desesperado/apasionado, sus labios eran todo un terreno
desconocido que los mis morían por descubrir. Pase mis manos por su cabello desordenándolo,
sentí sus manos bajando por mi espalda a mi cintura y su lengua rozando suavemente
mi labio inferior, debo admitir que era una sensación exquisitamente deliciosa,
por mas que me gustaría que esto durara para siempre tuve que separarnos por
falta de aire. Me dio una última mirada y se marcho rápidamente como
anteriormente lo había hecho Adrian. Dejando atrás a mi atontado ser tratando inútilmente
de procesar lo que había pasado en los últimos
cinco minutos.
Comencé a caminar hacia mi habitación mientras me impedía a
mi misma intentar comprender lo sucedido anteriormente. Eso ya lo haría cuando
llegara a mi cuarto, en la tranquilidad de mi cama y el consuelo de mi dichosa
almohada.